Kevin McDanields

Aquel chico divertido, con el que todos ríen, el que se burla de todos y del que todos se burlan. Ese es Kevin. Tiene un humor un tanto cruel, llegado a ser muchas veces un tanto desagradable, pero es honesto hasta la médula y dicen por ahí, que la verdad duele. Bien. Kevin te hace conocer la verdad de un modo bastante brutal. Sumamente grosero, y es que a pesar de venir de una familia de clase acomodada, su vocabulario deja mucho que desear. Kevin es simplemente Kevin. Hace lo que le salga de la punta del…pie y se comporta como se le da la gana. Amable, antipático, al moreno hay que aprender a conocerlo para terminar por aceptarlo. Quiérelo, amalo, deséalo, ódialo, desprécialo, que a Kevin le da exactamente igual. Es un tanto idiota, pero aquello, no le importa.

Nunca jamás se puede quedar quieto, posee una energía envidiable, siempre está haciendo más de tres cosas a la vez, siempre tiene algo entre manos, es simplemente un chico inagotable. Suele llevar una gran e irritable sonrisa –para algunos- en su rostro. Kevin es un hombre que anda feliz por la vida, totalmente despreocupado con el porvenir, llevándose el premio a la irresponsabilidad. Él vive el presente, ya llegará el mañana y el tiempo de preocuparse por aquello. No se hace caldo de cabeza por cosas estúpidas, rara vez se estresa o se irrita, pero cuando lo hace, auch, más vale que todos corran, porque se avecina una tercera guerra mundial. Es anti violencia, pero en aquellos momentos, puede perder un poco los estribos.

Vago, un simple vago que logró ser fotógrafo de una afamada empresa sólo por tener talento y ganarse el pan diario. Aún no se explica como ha llegado a ser uno de los mejores en lo que hace, pero es que a pesar de odiar con toda su alma el tener que trabajar, James es bastante inteligente, prodigiosamente inteligente. Astuto como el que más, sabe salir bien parado de alguna situación. Se mete en problemas cada por tres, ha estado en rehabilitación por drogas, se ha escapado, solía fugarse de casa cuando era pequeño, muchas veces estuvo encarcelado por crear desmanes, pero aún así y con un gran historial por detrás, el moreno jamás cambiará, por nada ni por nadie.

En el ámbito amoroso…es un desastre. No sabe cultivar relaciones y no porque sea alguien que va de flor en flor, no, Kevin es bastante fiel y por supuesto tiene más estilo que una relación de una noche, si no que no sabe como hacer que la relación se mantenga, no llega a la hora a las citas, se olvida de los aniversarios, es poco delicado y muchas veces confunde los nombres, lo que lo ha llevado a meter la pata cientos y cientos de veces y está seguro que lo seguirá haciendo. Kevin es todo un caso, pero aún así, un buen amigo, el mejor que alguien pueda tener, no será muy bueno dando consejos, pero sabe escucharte, daría la vida por aquellos que quiere, haciendo hasta lo imposible para que se encuentren bien.

Gustar, bueno, muchas cosas son las que le gustan partiendo primeramente por lo cigarrillos, oh si, como adora aquel blanquecino papel con nicotina y alquitrán altamente cancerígenos. Le relaja y aquello es un preciado regalo para él. Si de sustancias ilegales hablamos, la marihuana estaría primera en su lista, es que ¿Cómo odiar a aquella hojita que te da felicidad y te transporta lejos muy lejos?. Drogas demases, sin preferencias, todas. Está seguro que una vez estuvo en el pico del Everest. La adrenalina y cualquier cosa que le haga pensar que está poniendo en riesgo su vida, las altas velocidades en su moto son algo que hace a menudo.

La naturaleza, que aunque él sea un joven altamente contaminado, adora respirar aire puro de vez en cuando, es reacio a todos esos juguetitos tecnológicos que hacen que los niños se vuelvan tontos.
Fotografiar lo que se le ponga en frente. Adora su trabajo aunque no le guste precisamente estar bajo órdenes, captar ángulos, simetría, belleza. Lo adora.
Si del plano femenino hablamos, físicamente, le gustan todas, altas, bajas, morenas, rubias, pelirrojas, le gusta la variedad y en la variedad está el buen gusto. Adora a las mujeres y las respeta por sobre todas las cosas. En un plano sicológico, las tímidas y dulces, por muy extraño que parezca, le pueden traer de cabeza, y es que ya le ha sucedido con anterioridad.

La gente. Odia principalmente cuando éstas violan su espacio vital de vida. No señor, que a Kevin se le deja respirar y estar tranquilo y todo estará perfecto. Que le pregunten su vida personal u cosas por el estilo, le disgusta a enormes cantidades, el jamás se meterá en tu vida y no por educación, simplemente porque no le importa. Si le preguntas algo, probablemente mentirá. Irónicamente, odia la mentira.
Dormir es una de las cosas que detesta, agradece padecer de insomnio y sólo dormir como máximo cinco horas. Siente que pierde el tiempo aunque básicamente siempre lo hace. Es una de sus muchas incoherencias.
Odia la gente lame suelas y a las chicas fáciles. Fin de la historia.

Suele gesticular exageradamente cuando habla, maldecir cada por tres, hacer todo al revés de cómo le dictan. Sacudirse el cabello cuando está frustrado o enojado o nervioso. Más bien se sacude el cabello siempre. Mordisquear las colillas de los cigarrillos una vez están terminados. Punto pelota.

Nació en una familia acomodada, nada muy ostentoso, pero lo suficiente para alardear. El peso del apellido recayó sobre los hombros de Kevin cuando éste nació. El primogénito, quien seguiría con los sueños de sus padres y demás basura de aquel estilo. Kevin siempre se sintió poco perteneciente al clan McDanields, y es que diciéndole lo que debía hacer, siempre solía realizar lo contrario. Independiente desde que abrió los ojos, denominada la oveja negra del clan al poco tiempo después.

Su infancia fue algo normal, si sacamos los intentos de su madre por construir su vida y el enojo de su padre por ver que su único hijo se estaba yendo por mal camino, claro. El mundo de las drogas llegó en la adolescencia, cuando Kevin se dio cuenta de que ciertas sustancias eran capaces de hacerle olvidar el padecimiento que significaba vivir en la misma casa que sus padres. Las drogas le hacían sentirse bien, pero cuando dejaban de funcionar, volvía aquella vocecita que le repetía una y otra vez que se encontraba sólo en el mundo. Entró en rehabilitación cuando sus padres se enteraron de su problema con las drogas, pero se escapó al poco tiempo, incapaz de dejar las drogas, las cuales ya formaban parte de su vida.

Se interesó en la fotografía gracias a una chica que conoció en una de sus muchas rehabilitaciones, fue con quien mantuvo un breve pero intenso romance, y quien le enseñó también el arte de fotografiar los momentos. El talento siempre lo tuvo, pero es gracias a ella el lugar que tiene hoy en día entre los fotógrafos mundialmente conocidos. La relación terminó al poco tiempo, tenían muchas cosas en común, pero dos personas adictas a las drogas…no, no podía terminar bien. El final feliz siempre se reserva a los cuentos de antaño.
Llegó a la industria del modelaje por esas casualidades de la vida, no lo buscó, simplemente se le presentó la oportunidad, y se dio cuenta de que verdaderamente le gustaba. Actualmente es un buen fotógrafo altamente drogadicto con metas bastante claras, ser el mejor.